000 02669nam a22001337a 4500
020 _a9789874178213
100 _aWilson, Mike
245 _aCiencias ocultas
_cMike Wilson
260 _aBuenos Aires
_bFiordo
_c2019
300 _a128 p.
500 _aNacido en Estados Unidos, desde 2005 reside en Santiago donde se desempeña como profesor asociado en la Facultad de Letras de la PUC. Cuatro personajes rodean un cuerpo muerto tendido sobre una alfombra. Hay un cadáver, ha habido un crimen, queda una incógnita. Las claves que podrían despejarla son la materia de Ciencias ocultas: una novela policial, una historia de terror, una naturaleza muerta, una habitación cerrada. Como un artefacto calibrado para inducir la lectura hipnotizada, esta nueva novela de Mike Wilson hace de la descripción una forma de la acción, y en el camino demuestra el poder de las palabras para alterar toda certeza. Exhaustiva, delirante, metafísica, Ciencias ocultas juega con el tiempo de la lectura y de los acontecimientos, acelera y desacelera, completa incesantemente una idea y la trastoca, nos cautiva y, finalmente, nos recompensa. En la senda de su monumental Leñador, y con más de un guiño a grandes obras y géneros de la literatura universal, en esta novela Mike Wilson se afirma como un autor genuinamente singular de la actual narrativa latinoamericana, y nos regala su enorme talento. Fragmento «El vidrio pareciera penetrar la piel pero la mano no exhibe herida, no hay sangre ni costras, solo un reflejo. Entre los dedos, en el fragmento espejado, se duplica la figura responsable, capta la culpa y el cuerpo asesino, ahí en el mercurio se dibuja el facsímil del caos, la copia de la entropía que tempesta en la habitación, la sombra invertida y repetida, el doble de una voluntad que no es descifrable, el motivo que no se muestra en la composición de los elementos, ni en la reconstrucción de los fragmentos, porque aquí las pistas no albergan la verdad, las ciencias no tocan el asunto, los lenguajes se confunden, no sirven en este lugar, solo allá afuera cobran sentido, del otro lado del umbral, donde las máquinas y los números y las ideas intoxican las mentes y el juego pérfido se juega, disfrazado de seriedad, de virtud, coherencia y lucidez, cuando en realidad nadie ve nada, nadie comprende nada, todos palpan ciegos en la oscuridad, iluminando sus caminos con faroles de tizne y petróleo, lanzando sombras y penumbras mientras creen que proyectan luz, no hay transparencia ni claridad en sus credos. (página 115)».
650 _aNOVELA
_xLITERATURA NORTEAMERICANA
_xNOVELA DE SUSPENSO
_xNOVELA POLICIAL
900 _aErika
999 _c42145
_d42145