Siempre se ha subrayado el carácter desconocido y oculto de la vida privada de Hipólito Irigoyen, el presidente tan mentado en la historia Argentina del siglo XX. Ya la biografía que de el escribe Manuel Gálvez lleva por subtitulo "El hombre del misterio". No obstante, hay en su vida situaciones inocultables, como lo fueron sus seis hijos y su pertinaz soltería . La historia que ahoga nos entrega Celia Manson da a conocer el origen, la formación y el entorno familiar de la única mujer a quien Hipólito Irigoyen amo de veras y con quien en algún momento proyecto contraer matrimonio. Y si bien Hipólito se presenta en esta obra como un personaje lateral aunque imprescindible, la protagonista es Dominga Campos, sucompañera silenciosa. Irigoyen estaba muy lejos de ser un hombre convencional. Con una ética inamovible, lleno de compasión humana, decidido a entregar su vida en procura de la felicidad y la dignidad de su patria sin reverse nada para si, era, como enamorado, un hombre poco deseable. Cuando se conocen, el tiene veinticinco años dicta cátedra en el colegio de las tías de Dominga; ella tiene dieciséis y esta comprometida con un hombre mayor y de gran fortuna. Pero recibe cartas de amor de su joven profesor que, a pesa de sus escasos recursos, comparte en forma anónima sus honorarios con otros docentes y estudiantes necesitados. Vivirán juntos trece años, aislados de toda actividad social, hasta la temprana muerte de Dominga. La mentalidad de la época no ayudo a la joven. De ser una niña apacible con una vida edificada sobre preceptos comunes a toda muchacha, se encontré de pronto envuelta en el escándalo, vituperada por su parte y en espera del hijo de este hombre a quien se había entregado en cuerpo y alma. Por el se aleja de todo y asume y comparte su soledad. Hipólito Irigoyen es y será siempre un solitario. Sus biógrafos, todos hombres hasta ahora -Félix Luna, de origen familiar irigoyentista, y Manuel Gálvez, del riñón del conservadurismo opositor-...