Hay “Heridas que no cierran” como todas las que cuenta Gerardo Burton en su nuevo libro que reúne poemas sobre femicidios.

El esquema es simple: un título que indica el lugar donde ocurrió el hecho, la o las fotos de los femicidas en cuestión tomadas de internet, una breve síntesis del femicidio y después el poema.

“Es una visión diferente porque no es crónica periodística, no es análisis sociológico o cultural, es poesía”, subrayó Burton sobre la forma en la que aborda el tema.

Además remarcó que su intención es “cuestionar lo que es ‘normal’”.

Es por eso que su mirada, a la hora de contar las historias de femicidios, está ubicada en la vereda de enfrente de la que es más habitual en el seguimiento mediático de cada uno de los casos.

“Cuando hay un tratamiento de un femicidio muchas veces, si no la mayoría, las fotografías y las crónicas aparecen centradas sobre la vida de la mujer, es como si la mujer muerta fuera ella misma la autora de su asesinato. Y cuando aparece el varón, siempre aparece desdibujado, en un segundo plano, o con la cabeza cubierta cuando sale de la comisaría”, señaló el autor.
“Es un libro con varias voces, que supone la existencia de protagonistas múltiples: los femicidas, las víctimas, los familiares, y las letras del cancionero popular que sirven como paisaje sentimental a los hechos que se relatan”, describe la presentación de la nueva obra poética de Burton.

Y justamente del cancionero popular sale el título.
“‘Heridas que no cierran’ es un verso del tango ‘Tarde’”, pero después hay un montón de textos que si uno empieza a analizarlos aluden o pueden aludir o pueden aplicarse a casos de violencia. El más claro es el tango ‘Amablemente’ que amablemente le fajó 34 puñaladas”, sostuvo el poeta.